Ese rostro sin expresión,
miro hacia al otro lado,
observo esa mirada perdida.
Vienen hacia mi una pareja
cogidos de la cintura,
acude a mi mente,
los poemas de cualquier poeta,
románticos y dulces.
Unos niños corretean
y tropiezan conmigo,
hasta el punto de que,
casi,
pierdo el equilibrio,
la mamá, de los mismos,
les llama la atención
y los amonesta,
toda ruborizada,
se disculpa.
Con gesto
desenfadado y
con una sonrisa le digo:
" son niños "
Y así, prosigo mi paseo
por la avenida.
Un saludo espontaneo,
me hace reír y pienso,
me ha confundido
con otra persona,
pero le devuelvo el mismo,
con una sonrisa.
Que fácil es la vida,
cuando la contemplas
desde la tranquilidad
del paseo.
Esencia ©