Y...
Un día mas,
me dí el gusto de disfrutarte
acercándome a ti,
tu aroma me envolvía...
Mis ojos mas claros que nunca
se sumergían en el abanico de tus colores
y contemplaban con satisfacción
todo tu paisaje a punto de explosionar.
Las aguas que bañaban la arena de la playa
era una balsa tranquila, donde imaginaba
que caminaba suavemente, deslizándome,
hasta llegar al horizonte y perderme en la inmensidad...
Luego en la tarde, sumergida
en la danza y ritmo de la música,
rodeada de amistad
explosioné como un volcán.
Todas las laderas de mi cuerpo,
deseaban, declaraban, cantaban...
A ritmo suave, tranquilo, llegó la noche...
rodeada de cariño, simpatía...
Esencia ©