Todo un mundo de fragancias
penetra cuando abro el ventanal.
Las flores, arbustos, con las auras
cimbrean su danza matinal.
Las campanillas alegres y pizpiretas
trepan por los muros, las yemas
de sus flores al cielo quieren acariciar
y ofrecen su aroma, color, al escalar.
Como en un arrumaco abrazan
con la brisa que envuelve todo el lugar.
Las aves danzan por el jardín
con sus bailes y cantos
rematan el ritmo sin fin
y hechizan con su belleza, sonidos...
Esencia ©