La otra cara de la Luna

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Luna blanca, plateada,
eternamente amada, deseada.
Atesoras los secretos
mejor guardados.
Musa de poetas.
¡Qué bonita estás!
cuando iluminas con tu luz
todo el espacio celeste...
El humano fascinado anda,
cuando desde la lontananza
contigo extasiado queda.
Por tantas pupilas contemplada,
a pesar de tu soledad
siempre acompañada.
Donde los enamorados
desean habitar para toda
una eternidad...
Bálsamo de almas
que por el espacio vagan
en busca de tu senda, con afán.

Pero...
otra realidad anidas,
para acercarse a ti,
escafandra hay que vestir,
no tienes luz propia,
eres árida, desértica,
ni oxígeno posees
para respirar.
En tus negros cráteres
no existe regazo para cobijar.

Desde que el humano
te ha suspirado,
emoción alguna
no has manifestado,
porque eres materia muerta, inerte,
aún a su pesar sueña que algún día
te alcance, acaricie,
ese emanar constante
de la entraña terrenal.
Nada especial albergas para
manifestar tanto sentir.
¡Que poder el de la mente!
para gozar, imaginar, consentir,
incluso sabiendo de tu realidad.
¡Ay Luna! pero siempre suscitas
adulación, profunda emoción
despiertas con solo contemplarte.
El timón de las mareas
llevas y tantas cosas mas...

                       Esencia ©

                                          fotos realizadas por: Esencia